lunes, 28 de julio de 2014

78. Ilustración del artículo: El Poder de Cambiar

Hola amigos,
Renetta, "mi hermana menor" (por 3 meses) me envió hoy esta anécdota que ilustra perfectamente como si CAMBIAMOS NOSOTROS MISMOS, nuestro entorno cambia también.

"Una señora estaba aumentando de peso y perdiendo pelo. No dormía bien, se mordía las uñas y rechinaba los dientes. Estaba irritable y amargada. Hasta que un día, de pronto, cambió, aunque en su alrededor, la situación estaba igual.  

Vieja, dijo su marido, llevo 3 meses buscando trabajo y no he encontrado nada, así que voy a tomarme unas cervecitas con los amigos.
Ah, contestó la señora, ya encontrarás trabajo.
Mamá, le dijo uno de los hijos, me aplazaron en todas las materias en la facultad.
Ah, respondió la señora, ya te recuperarás y si no, repites el semestre, perooo te lo pagas tú.
Mamá, le dijo la hija, choqué el carro.
Ah, dijo la señora, llévalo al taller, busca como pagarlo y muévete en bus o camioneta.

Preocupados ante esas "no reacciones" de la señora, todos se reunieron porque sospechaban que algún médico le había recetado unas pastillas de "a mi que me importa". Y tal vez estaba ingiriendo una sobredosis. Así que de común acuerdo, decidieron conversar con ella y preguntarle que ocurría.

La señora les respondió: "Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que cada quien es responsable de su vida. Me tomó muchos años descubrir que mi insomnio, mi depresión, mi estrés no sólo no resolvía los problemas de ustedes, sino que agravan los míos.

No soy responsable de las acciones de los demás, pero si soy responsable de COMO YO REACCIONO ante ellas.  Por lo tanto, llegué a la conclusión de que mi deber para conmigo misma (y para ustedes) es mantener la calma y dejar que cada quien resuelve lo que le concierne.
Los declaro a todos adultos independientes y auto-suficientes".

Todos se quedaron mudos, pero a partir de este día, la familia comenzó a funcionar mejor, porque cada uno sabía lo que debía hacer.-








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