Hoy les voy a hablar de lo que pienso que conviene hacer antes de tomar una decisión importante.
Tendemos a considerar el tiempo que pasamos durmiendo como un periodo mentalmente inactivo. Pero el sueño está asociado con un mejor funcionamiento de la memoria, y se ha mostrado que particularmente el sueño “de ondas lentas” mejora nuestra habilidad de hacer conexiones mentales y de integrar información no asociada.
Este tipo de trabajo pesado mental durante el sueño, puede ser útil para descubrir soluciones creativas a problemas y podría ayudar potencialmente a combinar factores en una forma que nos permita tomar decisiones apropiadas, dice Maarten Bos, quien investiga la Toma de Decisiones y la Mente Inconsciente en la Escuela de Negocios de Harvard, en Estados Unidos.
Cuando nos metemos a la cama en la noche, no lo hacemos pensando en trabajar extra mientras dormimos. “Dormimos de un cuarto a un tercio de nuestras vidas. Sólo imagina cuán grandioso sería si puedes ayudar, sin estar despierto, a tu mente a procesar información, eso realmente sería muy impresionante”, añade Bos.
Cuando se toman decisiones complejas que requieren que ponderemos múltiples factores, algunos investigadores creen que podemos beneficiarnos de aprender a combinar nuestras deliberaciones conscientes con procesamiento inconsciente.
La Mente Consciente es buena organizando información en conformidad con reglas, y realizando maniobras de precisión, como las aritméticas. Pero comparada con la Mente Inconsciente, es de “baja capacidad” (sólo podemos pensar conscientemente sobre un cierto número de factores a la vez) y más propensa a ser distraída o engañada por factores irrelevantes.
La Mente Inconsciente es buena sintetizando grandes cantidades de información, y privilegiando consideraciones importantes sobre las triviales.
Un creciente conjunto de investigaciones sugiere que los sesgos cognitivos consistentemente nublan nuestro juicio, y que consistentemente sobreestimamos nuestra destreza analítica.
El psicólogo
Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía en 2002 y autor de "Thinking Fast and
Slow"(Pensando rápido y lento), explora cómo los procesos de nuestro
pensamiento consciente son susceptibles a ser perturbados por influencias
irracionales y subconscientes
Distinguió dos
modos de pensamiento:
El sistema 1, que
es “rápido, automático, sin esfuerzo, asociativo, y difícil de controlar o
modificar”, y
El sistema 2, que
es “más lento, serial, lleno de esfuerzo, y deliberadamente controlado…
relativamente flexible y potencialmente regido por reglas”.
La mayoría de nosotros probablemente esté
familiarizado con el sentimiento de llegar a una decisión por medios inconscientes. Así que conviene utilizar activamente este tipo de intuición como una herramienta
para tomar decisiones.-
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