Hola amigos,
Para
mantenernos en el peso adecuado, no sólo importa lo que se come, sino cómo se
come y cómo se distribuyen los alimentos a lo largo del día. La distribución de
alimentos a lo largo del día nos garantiza un aporte adecuado de los nutrientes.EL DESAYUNO
No se salte nunca el desayuno. Un desayuno adecuado nos proporciona la energía que necesitamos para empezar el día.
Debe contener un aporte suficiente de hidratos de carbono de absorción lenta como el pan. Compartiendo este pan con queso crema y una fruta, obtendremos un aporte de grasas saludables y de vitaminas y minerales.
Las proteínas y el calcio de un buen vaso de leche completan un desayuno equilibrado.
Desayunar es especialmente importante en los niños ya que diversos estudios encuentran un menor rendimiento físico e intelectual en los niños que se saltan el desayuno. Los adultos también necesitamos empezar el día con un buen desayuno para un óptimo rendimiento físico e intelectual.
MEDIA MAÑANA
Tomar algo a media mañana evitará que pasemos las horas previas a la comida con hambre nos hará rendir más en nuestras tareas y llegaremos al almuerzo con menos hambre, con lo que posiblemente comamos menos.
Para que esto no suponga un aporte exagerado de
calorías lo mejor es elegir un yogur descremado o una pieza de fruta. Los
azúcares de la fruta harán que sintamos hambre en aproximadamente una hora, así
que sólo debemos optar por ellas si falta
ALMUERZO
Empiece la comida con un plato de cuchara.
Una sopa, un caldo o consomé ligero, granos o una sopa en crema o cocido entonan y reconfortan. Puede
estar acompañado de hidratos de carbono como arroz, papa o pasta.
Un pescado blanco o azul o carne o pollo
magros cocinados con poco o sin aceite suponen un excelente aporte de
proteínas, que completaremos con algo de verdura, la mayoría de los días
fresca en ensalada.
El agua no engorda ni antes ni en medio ni después de las comidas. La naturaleza es sabia y la comida "pide bebida", ya que esta última favorece la óptima consistencia de los alimentos que debemos digerir. Pero tan malo es no beber nada como beber exageradamente, siendo una buena cantidad de uno a dos vasos con cada comida.
El agua no engorda ni antes ni en medio ni después de las comidas. La naturaleza es sabia y la comida "pide bebida", ya que esta última favorece la óptima consistencia de los alimentos que debemos digerir. Pero tan malo es no beber nada como beber exageradamente, siendo una buena cantidad de uno a dos vasos con cada comida.
MERIENDA
Igual que sucede a media mañana, a media tarde, cuando la cena aún se ve
lejana, podemos sentir hambre.
Un vaso de leche con un par de galletas
integrales o con una tostada pequeña con tomate, una pieza de fruta
o un yogur son una excelente opción.
La cena ligera evita las digestiones pesadas
y los problemas de sueño. Incluir en ella alimentos ricos en hidratos de
carbono de absorción lenta como las papas o las pastas nos facilitará el
sueño.
La leche por su contenido en triptófano es también
un buen inductor del sueño. No se salte la cena ya que el hambre le impedirá
conciliar el sueño o le hará despertar a media noche.-
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